lunes, 21 de diciembre de 2009

VERANO


Un balón que parecía tener más de doscientos colores mezclados rodó por el camino de tierra tan rápido como las piedras lo permitían. Detrás, Juan intentaba alcanzarlo y tropezaba con todas ellas, pero poco le importaba. Tenía prisa. Llegó al pasadizo de madera que dividía el asfalto de la arena, la ciudad del paraíso, las obligaciones de las vacaciones. Tenía tanta prisa que incluso perdió de vista el balón. De pronto, recordó su habitación pintada de azul claro, la litera que compartía con su hermano mayor que se había ido al extranjero, a Gustavo, el peluche que reinaba entre los demás muñecos de la estantería. Recordaba el pasado, pero en ese momento sólo le interesaba el presente: correr hundiendo ahora sus pies en la cálida arena manteniendo el equilibrio. Su respiración iba a mil por hora, sus ojos abiertos brillaban con el sol, al igual que la inmensidad azul que aparecía ante él. Cuando Juan llegó a la orilla, se quedó pasmado mirando el mar. Era la primera vez que lo veía. Eran sus primeras vacaciones en el mar y jamás lo olvidaría.

Autora: Yol
Mención de Honor de Cuento Hiperbreve para Niñas y Niños “Garzón Céspedes” 2009

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