jueves, 18 de agosto de 2011

I SURVIVED ICELAND

La llaman tierra de hielo y fuego, y con toda la razón. Su paisaje recoge cráteres inertes y otros todavía calientes y activos, restos de lenguas de fuego destructivas, campos de lava, así como glaciares, icebergs a la deriva, nieve y cientos de cascadas. Todos estos salvajes movimientos, hacen que la orografía de Islandia esté en constante evolución. Es un país siempre formándose, siempre inacabado.
Es un paraíso para el geólogo, el senderista, el fotógrafo y, sobre todo, para quien busca contacto con la naturaleza, silencio, tranquilidad (además del obvio regalo para los ojos que es cada rincón de esta isla).
Ideal para sentirse más próximo al corazón de la Tierra, no sólo por la supuesta entrada por el Snaefellsjökull de Julio Verne, sino por el constante recordatorio de que, a su lado, al lado de la Naturaleza, no eres nada.
Subir un cráter, mojarte en una cascada, descubrir las formaciones curiosas del hielo en los glaciares, de roca en las playas y caminar por parajes multicolores son actividades imprescindibles si vas a Islandia.
Aves gritando en medio del silencio, frailecillos, focas y ballenas acaban de decorar con su vivacidad estos paisajes de ensueño. Lo de montar a caballo (aunque sean "de esos pequeños y peludos tan monos") conlleva riesgos para tu escafoide. Y, puestos a recomendar, un 4x4 puede librarte de pequeños "resbalones" por carreteras de grava.
Para relajarte después de las caminatas, nada como tomar un baño en una piscina geotermal completamente natural.
Y lo mejor: el café es más que aceptable.
Una pequeña selección:

Atardecer en Keflavik. Con el Snaefellsjökull al fondo.
Aguas geotermales. Zona de géiseres. Pueden alcanzar los 80-100ºC. Las menos calientes se utilizan como piscinas naturales. Por su exceso, tanto el agua fría como la caliente son gratuitas. Importante: un regulador de temperatura en la ducha.
Saber que todo esto está bajo tus pies, crea una sensación de descontrol muy particular.

Gulfoss:
Landmannalaugar y alrededores del volcán Hekla. Se espera que vuelva a entrar en erupción este año, pues lo hace cada 10 aproximadamente y ya le toca.



Skógafoss:
Dyrhólaey:
Jökulsárlón: laguna de icebergs. Sin palabras.

 Svartifoss, con sus columnas de basalto:

Fiordos del este. Verdes y menos espectaculares de lo que creía.

Mývatn, cráter Viti y alrededores del volcán Krafla. Un paseíto con aromas a azufre y tierras humeantes.





Fiordos del oeste: impresionantes acantilados y paisajes solitarios.



Península de Vantness:






Península de Snaefellsnes: Arnastapi, lugar mágico lleno de leyendas sobre troles, elfos y seres sobrenaturales.